A la hora de hacer una reforma en el baño suele plantearse la duda ¿ducha o bañera? Hay quienes prefieren la comodidad de una ducha rápida y otros un baño relajante de espuma. Pero si no te decides, en este post vamos a contarte 7 motivos por los que elegir una ducha frente a una bañera. ¿Quieres descubrirlos?

1. Rapidez
Ducharse es más rápido que bañarse, de hecho por las mañanas lo que más apetece es una ducha rápida para no perder ni un segundo antes de ir a trabajar o al colegio. Así que si ese es tu caso, la ducha será tu aliada
2. Mayor seguridad
Las bañeras tienen un mayor riesgo de accidentes. Si vives con personas mayores o con movilidad reducida, lo mejor es que coloques una ducha. Pueden instalarse a ras del suelo, para evitar tropiezos, y utilizar soluciones antideslizantes. Además también pueden colocarse barras de sujeción dentro de la ducha para garantizar aún más la seguridad.
3. Ocupa menos espacio en el baño
Con una ducha lograrás ganar espacio. Y si tu baño es pequeño, esta es sin duda tu mejor opción.
Hay duchas de muchos tipos: rectangulares, cuadradas e incluso curvas, para aprovechar hasta el último centímetro del espacio. Y en el hueco que te quede puedes colocar armarios, toalleros o simplemente dejarlo libre. Con una ducha lograrás esa mayor sensación de amplitud en tu baño.
4. Ahorro de agua
Que ducharse supone un mayor ahorro de agua que bañarse es un hecho. Llenar una bañera puede suponer un gasto de 150 a 250 litros de agua, a diferencia de los platos de ducha que solo consumen de 50 a 100 litros.
Es cierto, que darse una ducha es menos relajante que un baño, pero ducharse es más responsable de cara a cuidar el planeta y una solución mucho más sostenible.
5. Más comodidad
Una ducha es más cómoda que una bañera, aunque sea pequeña. Pero si tu baño es grande, una ducha puede ser igual de buena opción, ya que hay platos de ducha tamaño XL que aprovechen todo el espacio disponible y que ofrecen una mayor libertad de movimientos.
